Proteger la piel del sol.

En verano la exposición al sol aumenta y debemos extremar las precauciones para protegernos de los efectos nocivos del sol. Todos queremos conseguir un tono dorado en nuestra piel que es muy favorecedor, pero no olvidemos los efectos negativos como el enrojecimiento, el envejecimiento cutáneo, las quemaduras, la deshidratación o enfermedades más graves que el sol nos puede producir. Por eso frente al sol nuestro mayor aliado es el protector solar, elige el más adecuado a tu tipo de piel, en el mercado encontrarás gran variedad de marcas y puedes elegir uno que se adapte a ti. El protector solar debe utilizarse siempre que estés al aire libre y no solo en la piscina o en la playa.

Hay que seguir unos sencillos consejos para tomar el sol de forma saludable:

- Evita tomar el sol en las horas de mayor calor, de 12.00 a 16.00 horas.

- Aplícate el protector solar con la piel seca en cantidad suficiente para cubrir bien la zona unos 30 minutos antes de salir de casa.

- Utiliza ropa adecuada, sombrero y gafas homologadas que limiten la acción de la radiación del sol.
- No uses perfumes para tomar el sol.

- Aplicar de nuevo el protector solar una vez pasado un tiempo ya que se va eliminando con el sudor y el agua.

- Mantén una buena hidratación bebiendo agua.

- Extrema la precaución en las zonas más sensibles.

- El protector solar ha de usarse aunque esté nublado.

- El primer día no estar más de 10 minutos al sol e ir aumentando progresivamente.

- Utiliza barra de labios con factor de protección.

- Si advierte que alguna peca o lunar cambia de color, tamaño o forma visite a su dermatólogo.

Para elegir bien un protector solar lo primero que debemos saber es que factor de protección solar (FPS o SPF) es el más adecuado a nuestra piel. La edad es otro factor importante a tener en cuenta, ya que no es lo mismo la piel de un niño que de un adulto, para los niños es conveniente utilizar protectores especificos para ellos. El FPS es un número que indica el tiempo que podemos estar expuestos al sol sin quemarnos, es decir, aumenta el tiempo de exposición al sol. Por ejemplo, si una persona puede exponerse al sol 10 minutos sin tener enrojecimiento ni quemaduras, aplicandose un FPS 20 podrá estar expuesta al sol 200 minutos sin quemarse, siempre que se den las mismas condiciones ya que no es lo mismo el sol a las 3 de la tarde que a las 6. El protector solar debe tener como mínimo para adultos un factor de protección de 15 y para los niños un factor de 30. Elegir un factor de protección más alto o menos dependerá del tipo de piel que tengamos, cuanto más clara sea nuestra piel mayor factor de protección necesitaremos.

Las firmas cosméticas evolucionan lanzando al mercado nuevas lineas de productos solares que aportan algo más a la piel que la protección frente al sol, como son los antiarrugas. Podemos encontrar protectores solares para piel sensible, normal, grasa o seca y específicos para determinadas zonas.

Los protectores resistentes al agua pueden ser waterproof que actúan durante unos 80 minutos estando en contacto con el agua y los water-resistant que mantiene su protección unos 40 minutos en contacto con el agua.

Para reparar la piel después de un día de sol en la playa o la piscina nada mejor que tomar una ducha para eliminar el cloro o la sal y aplicarte un aftersun que calmará, refrescará e hidratará tu piel. Si eres de los que prefieres los productos naturales nada mejor que aplicarte gel puro de aloe vera para refrescar, hidratar y disminuir el enrojecimiento de la piel.

Protector solar para niños: (protector Isdin y Avene).